jueves, 5 de julio de 2012

Carrera 24doce del 2012, 24horas de pedaleo

                            
Un año más aceptamos el reto de la 24doce, nos dejamos atrapar por el sinuoso trazado de la Sierra de Madrid, nos sumergimos en una aventura de 24horas de pedaleo, bajo un sol aplastante durante el día y una gélida noche. Nos olvidamos de todo y centramos nuestra atención en tomar la trazada correcta en un circuito que no permite el mínimo despiste, que va cambiando constantemente a medida que es sorteado vuelta a vuelta por los atrevidos bikers.

La localidad madrileña de Moralzarzal se viste con sus mejores galas para recibir a infinidad de amantes de la bicicleta de montaña, que  llegados desde cualquier punto de la geografía nacional o internacional, disfrutarán de una experiencia única, donde aficionados y profesionales de éste deporte quedarán atrapados por los encantos de una prueba que seduce y atrapa a los amantes de los retos complicados, a los que luchan contra sus propios límites, a los que no desfallecen ni se rinden aunque vean flaquear sus fuerzas...


Éste año hemos acudido desde BTT Xálima 4 equipos: 3 parejas y un equipo individual, todos para la carrera de 24horas, hemos disfrutado al máximo como siempre esta aventura, donde la ayuda externa de los acompañantes es tan esencial como el mero hecho de dar pedales, un reto incomparable y único que bien merece la pena ser experimentado.

                     




La 24doce es más que pedalear y recorrer kilómetros sin tregua, al menos para los aficionados como nosotros: que tenemos que montar nuestro campamento, nuestra carpa para la carrera, preparar comidas que nos aporten energías suficientes y continuas para afrontar éste reto,abastecernos de bebidas que nos libren de la deshidratación  y los calambres, además hay que procurar el buen mantenimiento de nuestra bici, no descuidando su lubricación y reparando las averías o desperfectos que van surgiendo a lo largo de la prueba. y después cuando suena el pitido final de carrera toca realizar todo el procedimiento inverso, pero éste año hemos rematado con una comida final en familia con todos los compañeros y acompañantes en el restaurante del circuito, la aventura comienza el viernes al medio día con la organización del viaje y termina el domingo de tarde, muchas horas de convivencia, sufrimiento y sobre todo buen rollito.


A nivel personal he disfrutado de lo lindo, me propuse éste año afrontar el reto de manera individual y ha sido una experiencia muy enriquecedora, he conseguido dar 13 vueltas al circuito, recorriendo un total de 156km, en mi conciencia queda un poco de insatisfacción porque sé que tenía que haber dado más vueltas, pero fui victima de la pereza que atrapa a nuestro cuerpo y mente después de una buena ducha y una reconfortante cena, sin querer me vi "enroscado" en un saco de dormir calentito abrazado a Úrsula, burlando así a la noche fría y al viento que silbaba fuera de la tienda de campaña, dormí hasta que la oscuridad  perdió su fuerza y esperaba a los primeros rayos de sol, vi amanecer sobre mi bicicleta enlazando 5horas continuas de pedaleo provechoso, que vieron como pasaban rápido las horas acercándose al medio día que anunciaba el fin de la carrera.
                            

Aún así muy satisfecho, sin más avería que un pinchazo en la primera vuelta, que solucioné dando aire y pedaleando de nuevo, dejando que el líquido anti-pinchazos hiciera su trabajo, no he tenido molestias musculares y ya estoy ansioso esperando la próxima edición para luchar contra mi propia marca, aprender de los errores y sobre todo seguir disfrutando de  la esencia de ésta carrera y de éste deporte que tanto me gusta.

A destacar como el año pasado la convivencia entre los "miembros, miembras y miembrinos" de BTT Xálima, la cena compartida que hicimos el viernes en la zona de acampada no tiene precio, la ayuda emocional que recibimos de unos y otros es insuperable, terminar con una comida todos/as juntos en el restaurante del circuito, con los ojos enrojecidos de sueño y del polvo, el cuerpo pidiendo una cama donde descansar y todo con una eterna sonrisa en nuestro rostro, es una experiencia difícil de describir y más complicado aún de olvidar, porque año a año en nuestra mochila de las vivencias se van sumando más momentos agradables, más muestras de afecto y de unión entre Los Xálima, que aunque en esta edición hemos acudido una minúscula representación, estoy convencido que poco a poco se irán sumando más participantes a la gran romería del BTT de Moralzarzal.

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