lunes, 2 de diciembre de 2013

Perdidos en el Bosque Inalcanzable


Todo apuntaba a que sería una jornada estupenda de BTT, el amigo Antonio Manzano había diseñado una ruta estupenda con salida desde Hervás ( Cáceres), en pleno corazón del Valle del Ambroz, la ruta en principio contaba con 48km y un desnivel acumulado de 2400 metros.
Según su descripción la ruta saldría desde la antigua estación de tren, justo al lado del actual Albergue de la Vía de la Plata, los primeros kilómetros transcurrían por "El Bosque Inalcanzable" para tomar más tarde la Ruta Heidi y desde ella, acceder al Pinajarro para bajar luego por el mismo camino, hacia el Río Ambroz hasta Hervás.
Puntuales como siempre; allí estábamos este grupito de Xálimas dispuestos a emprender la marcha, hacía frío, pero no tanto como imaginábamos, bien abrigados no tendríamos problemas para sobrellevarlo y menos, cuando empezáramos a pedalear, puesto que los primeros kilómetros serían de subida.
No se me van a olvidar los primeros kilómetros por un castañar precioso, un bosque de castaños en otoño es uno de los mejores escenarios para disfrutar del campo, rodábamos sin pisar tierra, todo el suelo recubierto por las hojas caídas, un senderito estrecho que serpenteaba entre los castaños dejando el hueco justo para que cupieran los manillares.
Empezaron las primeras rampas, de estas en zig-zag y que van subiendo poco a poco las pulsaciones, ya nos sobraba ropa que íbamos guardando en la mochila, todo perfecto, buen rollito, un ambiente ideal.
Este sendero terminaba al cruzarse con la carretera del Puerto de Honduras que une el Valle del Ambroz y el Jerte, y es aquí cuando empieza la verdadera aventura, Antonio nos informa que este tramo hasta alcanzar la Ruta Heidi, no lo ha hecho nunca pero que se ha descargado el Track.
Es aquí cuando el ciclismo de montaña pierde su nombre, más podría llamarse "Arrempuja-Bike" o "cárgate la bici como puedas y camina"..., un tupido bosque de castaños sería nuestro reto durante la siguiente hora y pico, buscar una salida se convertiría en todo un reto a superar, los "gepeeses" ardían, descender no entraba en ninguna cabeza, solo era posible seguir subiendo porque allí saldría alguna pista, supuestamente la ruta Heidi, aquí pongo un vídeo que narra mejor que yo, el laberinto en que nos hallábamos inmersos .
En estos momentos es cuando uno agradece rodearse de quien se rodea, amiguetes con buen sentido del humor y que no se ponen nerviosos, la subida fue muy dura, una fuerte pendiente con la bici a cuestas, arañazos, enganchones en las ramas, y sobre todo dudas, en el mapa veíamos donde había un camino justo encima de nosotros, pero lo chungo era gatear hacia él.
Por suerte conseguimos salir del famoso Bosque Inalcanzable, al saltar una alambrada se nos abrió de nuevo el mundo, con unas vistas espectaculares del embalse de Baños de Montemayor y la autovía al fondo. Una paradita para reponer las energías gastadas era ya necesaria, estábamos a unos 1200 metros de altitud y la ruta Heidi al quinto carajo.
El aperitivo supo a gloria, no hacía nada de frío pese a ser primero de diciembre y en esta zona que siempre hace mucha "rasca". Tras largo tiempo de reflexiones y dudas mirando el GPS, la mejor opción era subir un poquito más hasta encontrar la carretera del Puerto de Honduras y descender por ella hasta encontrarnos con el cartel de la ruta Heidi, que según Antonio estaba indicada, y no estaba equivocado, esta vez si estaba en lo cierto. Con menos ropa de la que empezamos la ruta, y con la braga del cuello metida en la mochila nos pusimos a bajar por la carretera, Qué error, qué frío y que torpes por no parar un minuto y abrigarnos un poco, recuerdo que no podía ni reírme, la mandíbula congelada, pero nadie paraba.
Al final encontramos el cartelito a la derecha y comenzamos a subir de nuevo y a entrar en calor, hicimos un tramo de la ruta pero calculábamos la hora de llegada y ya se nos hacía tarde, al final optamos por bajar por un sendero de castaños precioso que nos llevaba de nuevo a Hervás y aprovechar para ver su famoso barrio judío y tomar una cañita tranquilamente.
En el pueblo disfrutamos tanto como en el monte, recorriendo sus calles y en especial esta de la foto, que según nos han contado es la calle más estrecha de España, aunque nosotros ya conocemos más calles de estas en pueblitos de la Sierra de Gata o Las Hurdes. Nuestro afán, ¿Cuál sino?... atravesar la calle montado en la bici, al final y tras un rato lo conseguimos...
El Pinajarro se convirtió en objetivo para otro día, pero las risas no faltaron y un buen plato de cocido en la auto-caravana con una cocopita de cava y turrón tampoco.
 Estos son los días en los que todo sale mal pero nada puede ser más perfecto!!!