miércoles, 23 de enero de 2013

Subida a la Gineta


En zonas de montaña como las Hurdes es fácil comenzar a coger altura en pocos kilómetros, pero como subida elegante y chula para mí, donde entrenar las pendientes continuas y constantes, la subida a la  Gineta es única.
Partiendo de Vegas de Coria empieza sin demasiada dificultad por la pista de la Casa Forestal, pero desde Nuñomoral o desde Cerezal subir a la Gineta se hace exigente desde el primer kilómetro.


En esta ocasión salí de Vegas de Coria y la idea que tenía este día de realizar mi ruta se vio truncada por un despiste en un cruce que me hizo volver de nuevo al mismo camino por donde había subido, pero bueno con ello ya aprendí otra variante más para jugar en futuras ocasiones.

Como se puede ver en las fotos, el invierno en estas zonas amanece fresquito y a medida que se sube todo se vuelve más blanco, aunque con el terreno tan empinado, precisamente el frío no es que se perciba mucho a no ser a la hora de bajar. Mi idea era bajar por Cambroncino y retornar a Vegas de Coria por pistas,  evitando al máximo la carretera; imagino que será en otra ocasión, es bueno dejar cosas pendiente para volver de nuevo.

Desde el inicio de la ruta se comienza subiendo y no se deja de subir hasta que han transcurrido unos 25km, al principio la subida es llevadera, pero el tramo final se hace duro, con unas curvas en forma de "Z" que estás deseando que cada una sea la última, parece que no llega el final, pero con paciencia y mucho "molinillo" se llega a un mirador estupendo donde reponer un poco de energía.

Cuando el día no está muy nublado se puede disfrutar de unas agradables vistas hacia Caminomorisco y la Sierra de Gata, y si no hace mucho viento, cosa poco habitual aquí, se puede uno recrear un ratito y reponer fuerzas para continuar la ruta. 
En este punto se pueden tomar varias direcciones; algunas ya las he tanteado y otras me quedan por descubrir. Como ya indiqué anteriormente, "me salió el tiro por la culata", ni si quiera consulté en el gps porque no pensé jamás que hubiera un camino de me llevara hasta el sitio por donde había subido. :) 

























Lo triste de esta ruta fue pasar del blanco de primera hora, al negro intenso producido por el incendio del verano pasado, que arrasó muchas hectáreas de pinar y que ahora tardará en vestirse de verde.

Pero sin duda es una buena ruta para ir dominando las subidas largas y como no, disfrutar también de la bajada, algo bueno ha de tener confundirse, al final 43km que no están mal para estirar un poquito las piernas.

Subo la ruta aunque en Wikiloc no son muy fiables las altitudes, pero así si alguien quiere puede descargarse el track
Pincha aquí para ver la ruta

Primera Ruta del año



Tengo dos "Rutinas": una, como costumbre o hábito adquirido; y la otra como ruta pequeña , ambas rutinas se unen y el primer día del año; tengo por rutina hacerme una rutina en bicicleta por las Hurdes, año a año voy modificando el trayecto y todo depende de la intensidad con que haya vivido la noche vieja.
                                                                             



 Este año no iba a ser menos, y por suerte desperté temprano; con una niebla que caía sobre mí como una tupida manta, pero una temperatura de lo más agradable, salí de casa y no había nadie por la calle, Vegas de Coria parecía una aldea desierta y pocas eran las chimeneas que humeaban esta mañana, sin prisas y recreándome en el escaso paisaje que permitía la espesa niebla, comencé a pedalear lentamente alejándome del pueblo dirección a Arrolobos.


El rocío de la mañana y algunas curiosidades de forma singular,me invitaban a detenerme y a sacar mi cámara de fotos, sin darme cuenta la niebla se iba disipando y en el horizonte se empezaban a asomar las primeras montañas, todo auguraba a que el refrán: "Mañanitas de niebla, tardes de paseo" se cumpliría.


Comenzar el año pedaleando es una terapia que me purifica, adentrarme en mis propios pensamientos y hacer un pequeño balance de las cosas que me han ido sucediendo a lo largo del año, me ayuda a ordenar un poquito más mis ideas, a reflexionar sobre los fallos y a centrarme en los nuevos propósitos tan habituales en estas fechas.
Lo que más me atrajo de esta ruta fue la soledad, el silencio, el no encontrarme con nadie desde Vegas de Coria hasta el Meandro de Riomalo, el mundo parecía dormido en una mañana que se tornaba reluciente y llena de luz, con el sol abriéndose camino entre la niebla que desaparecía lentamente como si fuera humo.

 

Sin apenas darme cuenta había llegado al Meandro, no había nadie, cosa poco habitual. Aproveché para sacar de mi mochila unos frutos secos y  comérmelos ante tan bello paisaje, sin más compañía que un grupo de buitres que revoloteaban sobre mí dibujando círculos en el cielo, me recreé y disfruté de esta ocasión que la naturaleza me estaba brindando, observando como los buitres sobrevolaban ajenos a todo, libres, dejándose llevar.


Disfruté mucho ese momento, me senté tranquilamente y después de un largo rato me propuse  deshacer de nuevo el sendero, a encontrarme con la familia y a compartir con ellos también la llegada del nuevo año.

La soledad es tan bella como la compañía, tan necesaria y tan especial, sabiendo dedicarle el tiempo necesario a cada una, creo que más o menos se puede llegar a ser feliz, pero sin duda solo o acompañado, una de las cosas que más disfruto en esta vida es salir al campo en bicicleta.