martes, 27 de noviembre de 2012

El lado oscuro de la Sierra de Francia


Domingo por la mañana, después de un sábado que llovió más que cuando enterraron al bigotes, llega una ruta de esas que se guardan en la memoria, cargada de historia, de naturaleza, de gentes auténticas, de paisajes únicos y rincones evocadores.
       
La gran cita parte de Miranda del Castañar, una población de la Sierra de Francia, una población que te traslada al pasado y sobre todo en una mañana nublada de otoño como ésta. Miranda del Castañar se asienta sobre una loma y sobre ella su castillo amurallado, que según me ha informado "el señor google" fue donado a la villa en 1954 por la Duquesa de Alba.

Antes de bajar las bicis acudimos a por una pequeña dosis de cafeína al bar de la esquina, donde llegaron al momento algunos de nuestros compañeros de batalla; esos que no conocíamos de nada, pero sabías que eran ellos, los que acuden hacia nosotros con la mano tendida para un saludo...¡¡¡Que no se pierdan estas costumbres!!! ..., el día que empiece o termine una ruta sin estrechar la mano aunque sea con el mismo que me acompañe en el coche, colgaré los "bártulos".

Una vez reunidos todos, bicis revisadas ( importante poner el disco de freno a la parte que corresponde, que si no, no frena,jaja) y después de esperar a Marti que fue a llenar agua a la fuente más lejana del pueblo, partimos serpenteando por un entramado de calles que bien merecen el reconocimiento de conjunto histórico-artístico.

Abandonamos el pueblo por una pequeña calzada que nos mostraba un anticipo de lo que iba a ser la tónica de la mañana, aunque primero tocaba subir, y en ocasiones subir mucho, que a los que íbamos más tocados de forma nos puso a prueba, pero son de estas rutas que una vez que te sumerges en ellas, te atrapan con los encantos de sus senderos, dibujados de mil colores por el otoño, que salpica todo de hojas de arboles y arbustos propios del bosque mediterráneo. Una ruta en la que la técnica del ciclista puede llegar a sustituir a su forma física, porque sin duda se necesita mucha destreza en el pilotaje, para salvar los obstáculos que la naturaleza ofrece en estos lugares.


                                                                     












Es muy difícil describir la sensación que me traigo de este día, porque es un acumulo de muchas cosas, es un paseo por unos bosques encantados, como sacados de cuentos, que van enlazando municipios como Villanueva del Conde,Sequeros, Casas del Conde, Monforte de la Sierra, Mogarraz o el mismo Miranda del Castañar, todos estos municipios declarados Conjunto histórico-artístico, enclavados en pleno corazón del Parque Natural Batuecas Sierra de Francia, una zona que guarda el sabor añejo de los años en sus paredes y en sus paisajes. Poder recorrer estos lugares en bici y en tan buena compañía es todo un placer para los sentidos, y digo para los sentidos, por que hasta los olores cobran importancia en estos sitios, sobre todo a la entrada de los pueblos, tienen un olor peculiar: imagino que de las tareas del vino, de los frutos que se guardan en los graneros..., huelen a tradición, a vida, a la humildad que emanan las zonas rurales.

Gracias a los anfitriones y en especial a Juanma Gavilán, que según tengo entendido es el diseñador de este precioso recorrido, gracias por compartirlo con Los Xálimas, os debemos una y gorda, por suerte nuestra Sierra de Gata tiene rincones que sin duda también os harán volver a tierras charras con un buen sabor de boca, espero que sea tan grato como lo fue el nuestro.

Este vídeo de Juanma Gavilán habla por si solo
VÍDEO

miércoles, 14 de noviembre de 2012

I Ruta de BTT Valverde del Fresno



Esta era la ruta que tenían preparada los amigos de la Asociación Varverdeña para el domingo 11 de noviembre, una ruta por el norte de la comarca de Sierra de Gata, rayando con Portugal y recorriendo algunos tramos por la vecina Serra Da Malcata.

La mañana como es propio en estas localidades serranas y en esta época, amanecía fría y lo que es peor, con un molesto viento que daba una sensación térmica inferior y un poco "Chunga", que hacía encogerse a más de uno. Los primeros 12km de subida constante pasando de 413m. de altitud a 1021m. fueron suficientes para ir entrando en calor, aunque a medida que íbamos ascendiendo el viento soplaba con más fuerza, sintiendo en varias ocasiones fuertes "latigazos" laterales, que te obligaban a agarrarte fuerte a tu montura.
La larga subida separó al grupo que salió unido desde el pabellón polideportivo de la localidad, cada ciclista se fue adaptando a su propio ritmo, para afrontar la subida al Pizarrón con tranquilidad, para que no le penalizaran demasiado los 40km que restaban del final de la ruta. Al menos ese era mi caso, aunque tenía buenas sensaciones, no hacía ni dos meses de mi operación, me veía con fuerzas subiendo, pero con prudencia y viendo como se alejaban cada vez más mis compañeros "Los Xálimas", no me importaba lo más mínimo, me acompañaba mi "cuñao" que se está iniciando en este mundillo y juntos íbamos a disfrutar de una buena jornada "Mountainbikeña".


Después de las subidas largas casi siempre suele haber buenas recompensas, nos esperaba un tramo de unos 7km de constantes bajadas por un terreno un poco roto pero sencillo, donde se podían dejar las riendas sueltas de las "burrinas" para que galoparan libremente, me costaba mucho retener mis ganas de dejarme caer y bajar como a mí me gusta, pero contento de poder disfrutar de una recuperación activa.


Tras la bajada entramos en una pista muy rodadora donde caían solos los kilómetros, se podía avanzar a buen ritmo. Conversando tranquilamente llegamos al avituallamiento que generosamente nos ofrecían los organizadores, a los que desde aquí animamos para que sigan con esta iniciativa y, podamos añadir una ruta más al calendario ciclista de la Sierra de Gata.
                                                                                                             
Unos cuantos pinchazos nos obligaron varias veces a detener la marcha, aunque no estaba mal disfrutar de un descansito en el tramo final de la ruta, los últimos kilómetros del recorrido no daban tregua, constantes subidas y bajadas que hacían estragos es más de un biker que no se había dosificado o que llegaba justito de fuerza.

Sin duda, una buena ruta que seguro que repetiremos, por una zona preciosa sin excesiva dificultad, pero tampoco pecando de facilona, con una distancia adecuada para disfrutar de este deporte en compañía de buenos colegas, disfrutando de las cañitas y los aperitivos que nos tomamos al finalizar la ruta. En esta ocasión no nos pudimos quedar a comer, pero sin duda, en futuras ediciones allí estaremos disfrutando de la gastronomía valverdeña.


Nos vemos en la Próxima!!!