miércoles, 2 de julio de 2014

Cantabria en furgoneta y con bebé


Un viaje deseado y al que le teníamos muchas ganas, visitando Asturias alguna vez hemos estado tentados de cruzar a Cantabria pero no nos gusta mucho saltar a otra comunidad autónoma sin conocer en la que estamos.
Leyendo el Libro de Miguel Ángel Revilla "Nadie es más que nadie", empecé a ir despertando aún más mi interés por conocer a esa Cantabria Infinita de la que tanto he leído y tanta curiosidad me despierta.
Este viaje tengo que empezar contando, que ha sido diferente. Se une a nosotros nuestra pequeña Luna, un precioso bebé de mes y medio; la planificación cambia, el equipaje aumenta  y las dudas sobre cómo nos manejaremos con ella dentro de tan poco espacio nos invaden. No es la primera vez que Luna va a viajar y a dormir en la furgoneta, con 15 días ya pasó su primer fin de semana fuera de casa y antes de esta nueva aventura ya cuenta con  varias pernoctas en su casita con ruedas.


Ha sido mucho lo que nos han contado del parque natural de Cabarceno y aunque en nuestra mente llevábamos diferentes destinos para visitar, quizás fuera Cabarceno el lugar que más nos apetecía conocer, le echamos un vistazo a la predicción meteorológica y vimos que los los dos primeros días habría sol y los días siguientes apuntaban tormentas y fuertes lluvias, por lo tanto decidimos visitar el parque en primer lugar.


Llegamos al pueblo de Cabarceno para cenar y descansar después del viaje desde Extremadura, Luna se pasó la mayor parte del viaje dormida y sin problemas, nos quedamos a dormir en el Área de Autocaravanas  del municipio, situada junto al Lago del Acebo y a escasos metros de la entrada al parque, dejo coordenadas por si a alguien le interesa : Latitud 43.35806 Longitud -3.81972 . Sin duda ha sido la mejor Área que nos hemos encontrado, unas preciosas vistas al lago, zona ajardinada, toma de agua, vaciado de aguas grises y wc químico, restaurantes cerca, punto de ventas de recuerdos, lavaderos....

Nos despertamos después de dormir como troncos con muchas ganas de visitar el parque, está situado a 17 km de Santander y su horario de visitas es de 9.30 a 18h, visitar Cabarceno creo que tiene que ser lo más parecido a contratar un safari fotográfico por algún país africano, tiene unas 800 ha. de extensión y lo que más me sorprendió es que se visita en tu propio auto, cuenta con unos 17 km de pistas asfaltadas que puedes recorrer a tu antojo parando en los lugares que más te gusten. Más de 500 animales de 54 especies conviven en libertad a lo largo y ancho del parque .







Sin duda un lugar al que volver con Luna cuando sepa apreciar y disfrutar de un sitio tan maravilloso, cansados de dar tanta vueltas por el parque regresamos de nuevo al Área de Cabarceno para darnos una buena ducha en la furgo y descansar para el día siguiente.
A la mañana siguiente nos fuimos a Santander para conocer un poquito la Santander marítima y el puerto pesquero. Tras un paseo por la ciudad y con ganas de escapar a núcleos de población más pequeños tomamos dirección Suances, paramos en la oficina de turismo, donde nos ofrecen poca información de la zona y mucha de su municipio, entendemos los localismos pero nos fastidia un poco, porque buscábamos más información de la zona, para quien busque pernoctar en furgoneta o autocaravana en Suances nos recomendaron La Playa de Los Locos y la zona cercana al puerto.

Continuamos nuestro camino y casi obligados por una fuerte tormenta de granizos nos detuvimos en Santillana del Mar, era media tarde y apenas podíamos salir de la furgoneta sin ser apedreados por el temporal, casi entrada la noche pudimos dar un pequeño paseo, un municipio precioso que dejaríamos para el día siguiente, según hemos leído no hay problemas para pasar la noche en los aparcamientos del pueblo, nosotros elegimos el que está a las afueras junto al cuartel de la Guardia Civil, como siempre acompañado por más vehículos como el nuestro.


Santillana del Mar cuenta con un casco histórico Medieval que bien merece el reconocimiento Historico-Artístico que le fue otorgado hace más de 100 años, sus calles empedradas se antojan complicadas para circular con bebés en los carritos, por eso quien visite esta localidad con sus pequeños ya puede echar mano del fular o las mochilas de porteo.



muy cerquita de esta localidad se puede visitar el museo de Altamira, una réplica de las famosas cuevas de Altamira donde poder disfrutar de las pinturas rupestres, se dice que todas las características esenciales del arte coinciden en Altamira en grado de excelencia.  la cueva de Altamira le corresponde el privilegio de ser el primer lugar del mundo donde se identificó el Arte rupestre del Paleolítico Superior.

Tras deleitarnos con el casco histórico de Santillana del mar nos pusimos de nuevo en marcha, algo en el camino nos invitó a parar y fue el municipio de Comillas, concretamente un paisaje, un lugar, un acantilado concreto, que nos encontramos a la entrada y que nos dijo que sería el lugar perfecto para pasar la noche.
Era el Camping de Comillas, creo que ha sido el municipio de Cantabria que más hemos disfrutado, coincidiendo nuestra estancia con el mercado medieval y el Festival de Musica folk de Comillas.
Si hay algo que nos guste es realmente esta mezcla, los mercados de artesanía y la música de raíz en directo.
las gaitas, los panderos, las flautas y todo este sabor celta, aderezado con una ambientación ideal nos han dejado un grato recuerdo de esta zona a la que sin duda esperamos volver pronto, quien sabe si al Folkomillas 2015.
 En Comillas se puede visitar el capricho de Gaudí, la obra que el genial Antonio Gaudí dejó por estas tierras, se dice que nada en este lugar, ni siquiera su famosa universidad, hace sombra a tan peculiar edificio. Para quien quiera visitarlo se alza junto al pie de una capilla en el parque de Sobrellano, nosotros nos acercamos al parque pero no lo visitamos al final, creo que el festival nos atrapó tanto que ya poco más esperábamos de Comillas.
Bien avanzada la tarde y cansados de tanto patear, nos dispusimos a buscar nuestro sitio para pasar la noche, el lugar elegido, San Vicente de la Barquera. Recomendamos la antigua carretera que va cercana a la costa desde Comillas a San Vicente por el Parque Natural de Oyambre, el paisaje estoy seguro que merecerá la pena.
En San Vicente había muy buen ambiente por los restaurantes de la zona, un olor a pescaito frito y cositas del mar ,que me metía en las entrañas despertando un tremendo apetito. Así que;  tras un pequeño paseo por el puerto, nuestro estómago nos apuntaba que, cenar en la furgo?, como que no!!!, las terrazas estaban repletas de gente haciendo cola para coger mesa, aguardamos con paciencia, y justo cuando el camarero nos asigna nuestro sitio para disfrutar de una estupenda cena, Luna empieza a "Berrear" literalmente, miramos alrededor y como que no nos apetece estar allí con un bebé llorando y que no se calla, pobres comensales.
Por casualidad vemos en la carta una nota que dice: " También puede pedirnos su comida para llevar", ¡¡¡¡ ECOOO!!.... marchando una tabla de mar directa para la furgoneta. Me quedo esperando a la comida y Úrsula se marcha con la pequeña para nuestro hogar ambulante, justo salir, la niña se calma y encima le esboza una sonrisa, arrrrrrr!!!.
Poco más vimos de San Vicente de la Barquera, cuando nos levantamos por la mañana el cuerpo nos pedía montaña, más turismo de interior, en seguida nos cansamos de la costa, tenemos que encontrar el porqué.
De este lugar me quedo con la deliciosa tabla del mar que nos comimos tranquilamente en la furgo y con un puesto de leche fresca que teníamos a escasos metros de la furgoneta, donde ibas con tu botellita de leche y podía comprar la leche fresca. Y si no tenías botella por 40céntimos te vendía la propia máquina una botella de cristal de 1litro.
Una vez bien desayunados, con tostaditas de aceite de oliva y jamón del pueblo, esos productos ya discutimos más que los haya mejores que los nuestros, por eso los llevamos siempre, nos disponemos a recorrer el resto de la comarca de Saja- Nansa, con cuatro pueblos declarados conjunto histórico- artistico, uno es San Vicente y los otros son Tudanca, Carmona y Barcena Mayor.
Tomamos dirección hacia Cabezón de la Sal y hacemos una larga parada en el pueblo desde el que parte los 10000 del Soplao, una de las rutas más exigentes de BTT y otras pruebas combinadas de extrema exigencia, nosotros en esta ocasión y con Luna tan pequeña, estamos para pocas rutas.
 Aprovechamos, la mañana pasa pasear por el municipio y para arreglar algún problemilla que teníamos en el teléfono que es mejor no contar, jeje.
 En Cabezón de la Sal hay un aparcamiento a las afueras del pueblo, junto a un eco-bar que fue donde aparcamos y donde había más furgos y autocaravanas, no creo que haya problemas para dormir allí.
La tarde la dedicamos para visitar Bárcena Mayor, un pueblo rústico y pintoresco en plena comarca del Saja Nansa, con una arquitectura singular y muy bien cuidada.



Para pernoctar hay un áerea de AC en Cosío, El Área se encuentra en http://11870.com/~hmZ Coordenadas N.43º14´00,82´´ W. -4º 23´ 53,63´

El área es privada, cobran 3 euros por el vaciado y llenado de agua, la primera noche es gratis y si te quedas más de 24h cobran 5 euros por día, dependiendo de los días que te quedes y de los gastos que realices en el Restaurante El Carmen ( propietarios) pueden ajustarte los precios.
Por esta zona aprovechamos también para visitar Tudanca, según las estadísticas es el núcleo de población menos poblado, apenas llega a los 200 habitantes, pero enclavado en pleno corazón de esta comarca de tanta riqueza medioambiental, nos marchamos de la zona sin ver las cuevas del Soplao a sabiendas que nos perdemos una de las joyas más preciadas de la zona, pero con Luna tan pequeñita creo que no la íbamos a disfrutar como se merecen, otro motivo más por el cual volver.


Dejamos El Saja Nansa atravesando el Puerto de Piedras Luengas hasta Pote, en una mañana cerrada en agua, un puerto de montaña de los que me gustan, de los que hacen que disfrutes tanto del itinerario como de los propios municipios a los que visitas, reconozco que con la furgo hay muchos tramos en los que el corazón se te encoge, pero merece la pena.
Potes es un municipio de la comarca de Liébana con el maravilloso telón de fondo de Picos de Europa, por lo que hemos podido comprobar está muy centrada su actividad en el comercio y la restauración.

En Potes hemos dormido en dos sitios, uno en la zona de los aparcamientos que hay en el municipio, y otro día en el camping de Viorna que está muy cerquita de Potes, el trato del camping es fenomenal, la noche sale sobre unos 20 euros y merece la pena, muy cuidados todos los detalles, los aseos más limpios que los de nuestras casas, con piscina, restaurante y todos los servicios necesarios para vaciado y llenado de aguas, potty, etc

Uno de los días desde Potes fuimos a Fuente Dé, subimos al teleférico y nos dimos un pequeño paseo por los alrededores, la zona de aparcamientos del teleférico es ideal para pernoctar, es gratis y se puede cargar agua, antes por la zona había lugares como gasolineras donde se podía vaciar el wc químico pero, por culpa de algunos "guarretes" estos servicios están cerrados, espero que entre todos tomemos conciencia, no obstante hay un camping a 200 metros.


Disfrutamos mucho de las vistas y del día en general, una experiencia muy bonita estar allí con nuestra pequeña en un entorno tan maravilloso, nos hubiera gustado haber disfrutado de alguna de las rutas marcadas que hay por esos lugares, pero esta vez la cosa ha sido así.
Tras pensarnos mucho si dormir en este marco incomparable o regresar a Potes, optamos por la segunda opción, necesitamos vaciar el Potty y ya de paso aprovechamos para poner una lavadora en el camping de Viorna.
El motivo de regresar a Potes era ahorrar tiempo para el día siguiente, queríamos pasar por el desfiladero de La Hermida dirección a Unquera, aunque antes nos esperaba algo que no creo que olvidaré fácilmente.
El desfiladero de La Hermida, para quien no lo conozca es un angosto cañón de paredes verticales enclavado en las últimas cumbres de Picos de Europa, definido por Pérez Galdós como " El esofago de la Tierra", aunque apasionante, no fue lo que más me sorprendió de la zona, sino el mismo desfiladero visto desde el Mirador de Santa Catalina.
Es en este punto cuando no queda otra que rendirte ante tanta belleza y majestuosidad, sobre todo dejar de maldecir las estrechas y empinadas carreteras que te conducen por los peores calvarios para saborear luego la más dulce de las mieles, mirar hacia abajo y ver por donde circulan los coches. es como imaginarte que eres el gigante del mundo y todo se mueve ante tus pies, impresionante, realmente de los lugares que merecen la pena, sin duda uno de los mejores miradores de Cantabria.

Muchos más han sido los lugares y pueblos que hemos visitado, pero aquí dejo un pequeño apunte de lo que ha sido nuestra visita a Cantabria, para nosotros muy grata, destaco la belleza arquitectónica de sus pueblos, me quedo con sus carreteras y sus puertos de montañas que enriquecen mucho el viaje, te obligan a tomarte las cosas con calma y a disfrutar del paisaje.
Cantabria como cualquier zona, con bebés es posible, hemos regresado encantados de nuestra pequeña y de su comportamiento en estos días, esperamos regresar pronto por estas tierras del norte que tanto nos gustan.